Cordero salió a trabajar y no regresó a su casa; la empresa de repartición para la que trabaja Uber Eats se negó a dar información a sus familiares. Este viernes su cuerpo fue localizado sin vida en Morelos.
Horas después de que la empresa Uber Eats entregó los datos a la fiscalía de la Ciudad de México, el cuerpo del repartidor Omar Nik Peña fue hallado sin vida en el estado de Morelos la noche del jueves, confirmaron familiares.
La última vez que lo vieron vivo fue el sábado 5 de diciembre, a bordo de su moto Italika 150 sport, modelo 2020.
Este viernes, la empresa envió a Pie de Página un comunicado que dice lo siguiente:
«Compartimos el dolor de los familiares de Omar tras el lamentable hallazgo de su cuerpo. Respecto a la información relativa a los viajes realizados a través de la aplicación, desde el 8 de diciembre hemos mantenido contacto con la autoridad a cargo de la investigación para facilitar la respuesta, misma que ya fue enviada a través de nuestro Portal para Autoridades de Seguridad».
«Es importante precisar que, sólo a través de estas instancias y con una solicitud relacionada a una investigación, Uber proporciona información del uso de la aplicación, a fin de validar su buen uso y mantener la confidencialidad de datos de acuerdo a la normatividad aplicable”
Según los familiares la empresa Uber Eats retrasó la investigación al entregar la información requerida por la fiscalía capitalina.
La historia
Omar Nilk Peña Cordero consiguió un trabajo en Uber Eats, pero cuando estaba por cumplir un mes con su nuevo empleo desapareció. Jaime Peña, hermano de Omar, platica en entrevista que Omar trabajaba desde mediodía hasta las nueve de la noche todos los días. El hombre de 39 años utilizaba las ganancias para mantener a sus hijos de 18 y 12 años.
Durante los primeros días de trabajo Omar se dedicó a repartir comida en la delegación Magdalena Contreras, cerca de su domicilio. Pero después de algunos días comenzó a hacer recorridos más largos, estuvo en las delegaciones Coyoacán y Álvaro Obregón. “Él es muy apegado a sus hijos, a cada rato les decía dónde andaba, pero el sábado (5 de diciembre) ya no llamó ni mando mensajes”.
Desde entonces los familiares no volvieron a saber de él. Pero se dedicaron a indagar y a pedir a las autoridades de Ciudad de México que lo buscaran, pero en su lugar en el Ministerio Público pidieron a sus seres queridos que esperaran 72 horas para poder poner la denuncia, “debe andar de fiesta”, le dijeron a Jaime.
Cuando el caso llegó a la Policía de Investigación empezaron a rastrear la motocicleta y su celular. Una de las piezas fundamentales para la averiguación es la geolocalización que utiliza la aplicación Uber para ubicar a sus repartidores.
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