El presidente Andrés Manuel López Obrador buscará elevar a rango constitucional dos iniciativas que entregan apoyos económicos a la población: Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF) y la Pensión del Bienestar para Adultos Mayores.
El jefe del Ejecutivo busca que los jóvenes de entre 18 y 29 años desocupados reciban un pago de salario mínimo a cambio de capacitación durante un año, favoreciendo la inserción laboral. Asimismo, busca reducir de 68 a 65 años de edad para acceder a la pensión universal de adultos mayores.
Jóvenes desocupados recibirían al menos un mes del salario mínimo
La propuesta de cubrir universalmente a todos los jóvenes desocupados del país establece que “el estado otorgará un apoyo económico mensual equivalente al menos un salario mínimo general vigente” a los jóvenes que se encuentren en desocupación laboral y no cursen ningún tipo de nivel educativo.
Está iniciativa señala que la transferencia de dinero es para incentivar a que las personas “se capaciten para el trabajo por un periodo de hasta 12 meses en negocios, empresas, talleres, tiendas y demás unidades económicas”.
Pensión del Bienestar se reduciría a 65 años
Por otra parte, el presidente de México también propuso que se reduzca de 68 a 65 años la edad para acceder a la pensión del Bienestar de las Personas Adultas Mayores, que actualmente otorga 6 mil pesos bimestrales.
“Se amplía la cobertura del derecho de los adultos mayores a recibir una pensión no contributiva, que les garantizará el acceso a un ingreso básico que mejore su calidad de vida, fortalezca su autonomía y los dignifique, además de combatir la pobreza y disminuir la desigualdad social, a la vez que impulsa la economía local”, establece el documento.
De aprobarse la reforma, se extenderá el derecho constitucional a aproximadamente 3 millones de personas en 2030, a 4 millones en 2040 y a 4.5 millones en 2050.
El motivo por el que se busca reducir la edad de los beneficiarios es para disminuir la brecha de desigualdad y los índices de pobreza que registra la población de la tercera edad.
Incluso, la llamada 4T asegura que pagarles a los adultos mayores tiene efectos psicosociales, pues “esta pensión no contributiva ha redignificado a las personas adultas mayores, promovido su autonomía y beneficiado también al mercado interno”.
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