Las autoridades en Filipinas han informado que aumenta el número de muertos tras el deslizamiento de tierra ocurrido la semana pasada que dejó bajo tierra a un pueblo minero del sur del país: el número de fallecidos se ha elevado a 68.
El desastre golpeó a la comunidad de Masara, ubicada en la isla de Mindanao, donde cientos de personas y rescatistas siguen trabajando para buscar a los desaparecidos. La avalancha de tierra sepultó parte del pueblo el martes pasado, hasta el momento se reportan al menos 68 personas sin vida, pero el número podría aumentar con los días.
A medida que el tiempo pasa, la esperanza de encontrar sobrevivientes se ha desvanecido. Según las últimas cifras proporcionadas por las autoridades de Filipinas, más de una decena de cuerpos fueron recuperados el lunes, mientras que 51 personas aún se encuentran desaparecidas, incluyendo mineros y residentes.
Edward Macapili, portavoz de la oficina provincial de gestión de desastres de Davao de Oro, expresó la gravedad de la situación: "Ha pasado casi una semana desde que ocurrió el incidente y (...) pensamos que ya no hay ninguna persona viva". La urgencia se hace evidente, con un olor nauseabundo en la zona que indica la necesidad de acelerar las labores de extracción.
Aunque se han realizado progresos significativos, una área de aproximadamente 50 metros de profundidad aún espera ser explorada en busca de posibles sobrevivientes o víctimas. Las autoridades han reafirmado su compromiso de continuar con la búsqueda hasta que todos los desaparecidos sean encontrados.
Este desastre no es un incidente aislado en Filipinas. Deslizamientos de tierra como este son lamentablemente comunes en el archipiélago debido a su terreno montañoso, las fuertes lluvias y la deforestación causada por actividades humanas como la minería, la agricultura y la tala ilegal.
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